Este es el Dios de la Naturaleza
Sin
duda Baruch Spinoza(1632-1677) ha
sido uno de los grandes pensadores de la Historia, sin embargo, nunca fue
reconocido como tal, quizás por el gran odio, incomprensión e intolerancia
demostrado por sus contemporáneos.
Hijo de emigrantes judíos
portugueses, nació en Ámsterdam, en plena ebullición de la burguesía holandesa.
Pronto destacó como libre pensador y eso le causó innumerables problemas, no
sólo dentro de esa clase patricia neerlandesa a la que pertenecía, sino de
todas la Iglesias del momento, así como de muchos filósofos.
Este es el Dios o Naturaleza de Spinoza:
Dios hubiera dicho:
” Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho!
Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida. Quiero
que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho
para ti.
¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos
que tú mismo construiste y que dices que son mi casa.
Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos,
los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.
Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije
que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo
malo.
El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes
expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo
que te han hecho creer.
Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que
nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje,
en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito… ¡No me encontrarás en
ningún libro!
Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como
hacer mi trabajo?
Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te
critico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.
Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te
hice… yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos,
de necesidades, de incoherencias… de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si
respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres,
si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a
todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de
dios puede hacer eso?
Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier
tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo
crean culpa en ti. Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para
tí. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de
alerta sea tu guía.
Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni
un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida
es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.
Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.
Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.
No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.
Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di.
Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?… ¿Te divertiste?… ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Que aprendiste?…
Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.
Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.
Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.
No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.
Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di.
Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?… ¿Te divertiste?… ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Que aprendiste?…
Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.
Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que
soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?… ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?… ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.
Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo
que te han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que estás aquí, que estás
vivo, que este mundo está lleno de maravillas. ¿Para qué necesitas más
milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?
No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro… ahí estoy, latiendo en ti.
No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro… ahí estoy, latiendo en ti.
Spinoza
Lic Claudia M Pennisi
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